Jóvenes participantes en el campamento internacional the Village en la actividad de Parque de cuerdas

Cómo elegir el mejor campamento de inglés para tu hijo según su edad

Llega el verano y con él la gran pregunta de muchos padres:

¿Qué campamento de inglés será el más adecuado para mi hijo?

La oferta es enorme: programas urbanos, internacionales, con monitores nativos, deportivos, artísticos, de una o dos semanas… Sin embargo, más allá de las actividades o el precio, la edad es el factor que más influye en la experiencia y el aprendizaje.

Un niño de 9 años no vive un campamento como lo hace un adolescente de 15. Sus necesidades, su nivel de autonomía y su forma de aprender son completamente diferentes. Por eso, elegir bien no significa buscar el campamento “más completo”, sino el que mejor se adapta a la etapa vital y al carácter de tu hijo.

En esta guía descubrirás:

  • Qué debe ofrecer un campamento de inglés según la edad (Kids 8–12 y Teens 13–17).
  • Cómo saber si un programa ofrece inmersión real y no solo clases en inglés.
  • Qué preguntas hacer antes de reservar y qué señales indican que tu hijo estará en buenas manos.

El objetivo no es solo aprender inglés: es que cada niño viva un verano que le ayude a crecer, ganar confianza y descubrir que el idioma puede ser parte natural de su vida.

Jóvenes participantes en el campamento de verano en inglés the Village de caminata posando frente a una playa asturiana

Por qué la edad importa al elegir un campamento de inglés

Muchos padres buscan un campamento “de inglés”, pero pocos se detienen a pensar que no todos los niños aprenden del mismo modo. La edad marca una diferencia enorme en cómo se vive la experiencia, en la forma de relacionarse y, sobre todo, en cómo se asimila el idioma.

Un programa perfecto para un niño de 9 años puede resultar demasiado exigente para otro de 11, y uno diseñado para adolescentes podría aburrir a un grupo de 8-10 años. Por eso, el primer paso para acertar no es mirar el precio ni las fotos del campus, sino entender qué necesita tu hijo en este momento de su desarrollo.

Etapas de desarrollo y necesidades diferentes

Entre los 8 y los 17 años hay una transformación profunda: cognitiva, emocional y social.

  • Los niños (8–12 años) aprenden a través del juego, la imitación y la emoción. Necesitan estructura, confianza y acompañamiento cercano.
  • Los adolescentes (13–17 años) buscan independencia, identidad y conexión con sus iguales. Les motiva el reto, la cooperación y sentirse protagonistas.

Si el campamento ignora esa diferencia, el inglés se convierte en obligación. Si la respeta, el aprendizaje ocurre sin esfuerzo, de forma natural y duradera.





Cómo cambia la forma de aprender inglés con la edad

En la infancia, el cerebro asimila los idiomas con una facilidad asombrosa: lo hace por exposición, ritmo y repetición. Cuanto más se vive el idioma, más se graba.

En la adolescencia, el aprendizaje ya no es tan automático, pero gana en profundidad: los jóvenes comprenden estructuras, ironías, matices y contextos culturales.

Por eso, un campamento efectivo no usa el mismo enfoque para todos.

  • Los más pequeños necesitan juegos guiados, canciones, cuentos, talleres.
  • Los mayores, debates, proyectos, deportes y experiencias donde el inglés tenga sentido práctico.

El secreto está en adaptar la metodología y la convivencia al momento cognitivo.

Riesgos de no adaptar la experiencia a la edad

Elegir un campamento “genérico” puede parecer cómodo, pero con frecuencia genera frustración:

  • Los pequeños pueden sentirse perdidos o inseguros.
  • Los adolescentes, aburridos o infantilizados.
  • En ambos casos, se pierde lo más importante: la motivación.

Cuando el entorno no está pensado para su etapa, los niños hablan menos inglés y participan con menos energía. En cambio, cuando el programa les reta justo lo necesario, el idioma deja de ser un esfuerzo y se convierte en parte del juego o del reto.

Grupo de chicas ensayan la actividad de danza en el salón de actos del campamento the Village

Qué debe tener un campamento de inglés para niños (Kids 8–12 años)

Entre los 8 y los 12 años, los niños viven un punto de equilibrio mágico: ya tienen autonomía suficiente para explorar el mundo, pero siguen necesitando la presencia y la guía del adulto.

Por eso, el mejor campamento de inglés para ellos no es el más académico ni el más exigente, sino aquel que combina juego, aprendizaje y acompañamiento humano.

Un campamento bien diseñado para esta edad debe hacer que los niños se sientan como en casa, aunque estén lejos de ella, y que el inglés forme parte de todo lo que hacen: desde levantarse por la mañana hasta reír en una gymkana o contar una historia al final del día.

Un entorno donde el inglés se vive, no se estudia

A esta edad, los niños no aprenden inglés repitiendo frases, sino viviendo el idioma en acción.

Las instrucciones del monitor, una broma durante el desayuno o una canción en un taller valen más que una hora de gramática.

El inglés debe ser la lengua del día a día, no solo la de las clases.

Un buen campamento consigue que los niños piensen, jueguen y se comuniquen en inglés sin darse cuenta.

Esa es la diferencia entre un programa “bilingüe” y una auténtica experiencia de inmersión.

La clave: convertir el inglés en parte natural de la diversión, no en una asignatura.





Actividades que despiertan curiosidad y confianza

Para los más pequeños, la motivación nace de la emoción.

Las actividades deben ser variadas, participativas y adaptadas a su nivel de energía: deportes, talleres creativos, gymkanas, teatro, cocina, música o retos cooperativos.

Cada juego tiene un propósito: mejorar la comprensión, ampliar vocabulario y fomentar la confianza para hablar.

Cuando los niños ríen, se mueven y crean, pierden el miedo al error —y esa es la verdadera puerta al aprendizaje.

En the Village, los programas Kids incluyen:

  • Actividades en equipos reducidos con coaches internacionales.
  • Talleres como Broadway Junior, Mini Media Lab o Cooking Fun.
  • Deportes y dinámicas al aire libre adaptadas a su edad.
  • Momentos de calma (lecturas, mindfulness, manualidades) para equilibrar el día.

Acompañamiento cercano: sentirse seguros para poder disfrutar

A los 8 o 9 años, muchos niños viven su primer verano fuera de casa. El acompañamiento humano es tan importante como la enseñanza del idioma.

Por eso, un buen campamento debe ofrecer:

  • Ratios reducidos, que permitan una atención constante.
  • Monitores formados en educación infantil y primeros auxilios.
  • Comunicación fluida con las familias, para que los padres se sientan tranquilos.
  • Rutinas estables: los niños saben quién los despierta, con quién comen y a quién acudir si necesitan algo.

El aprendizaje solo florece cuando hay seguridad emocional.

Y esa seguridad la da el trato humano: los niños no recordarán la lista de vocabulario, pero sí la sonrisa de su monitor.

Seguridad, bienestar y cuidados esenciales

Los padres no buscan solo inglés, buscan tranquilidad.

Por eso, un buen campamento para esta edad debe garantizar:

  • Instalaciones cerradas y seguras, con zonas diferenciadas por edad.
  • Enfermería 24 horas y protocolos claros ante cualquier incidencia.
  • Menús saludables diseñados por nutricionistas, con opciones para alergias o intolerancias.
  • Supervisión continua, especialmente en actividades acuáticas o de aventura.
  • Seguros de accidentes, asistencia y responsabilidad civil.

En the Village, los niños se alojan en un hotel 4★ con habitaciones dobles y baño privado, dentro de un entorno natural en Asturias.

El campus deportivo de 52.000 m² permite combinar deporte, naturaleza y ocio sin salir de un entorno controlado.



Errores comunes al elegir un campamento para niños pequeños

Muchos programas se presentan como “campamentos de inglés”, pero no todos cumplen lo que prometen.

Estas son señales de alerta que conviene evitar:

  • Campamentos donde solo se dan clases en inglés pero la convivencia es en español.
  • Equipos sin monitores nativos o internacionales.
  • Grupos demasiado grandes (más de 10 niños por monitor).
  • Pocas actividades creativas o exceso de horas teóricas.
  • Falta de comunicación con las familias durante la estancia.

El verdadero éxito no está en repetir frases en inglés, sino en que los niños quieran seguir usándolo cuando vuelvan a casa.

Dos chicas del campamento internacional the Village frente al cartel de entrada al hotel

Qué debe tener un campamento de inglés para adolescentes (Teens 13–17 años)

La adolescencia es una etapa de primeras veces: el primer viaje con amigos, las primeras decisiones propias, la primera sensación de libertad.Por eso, un campamento de inglés bien diseñado para esta edad no es un simple curso de verano, sino una oportunidad de crecimiento personal y lingüístico.

Los jóvenes de 13 a 17 años aprenden mejor cuando se sienten parte de algo real. Necesitan retos, responsabilidad y la sensación de que confías en ellos.El inglés ya no se enseña: se vive en acción, entre risas, proyectos, deportes y conversaciones que surgen de forma natural.

Un buen programa para adolescentes debe equilibrar tres pilares:

inmersión total en el idioma, actividades que motiven de verdad y un entorno seguro donde puedan ser ellos mismos.

Inmersión total con propósito real

A diferencia de los niños, los adolescentes necesitan entender el porqué de las cosas. No basta con decirles “aquí se habla inglés”: quieren que el idioma tenga sentido.

Por eso, los mejores campamentos de inglés para esta edad convierten el idioma en herramienta de comunicación constante:

  • Deportes y actividades dirigidos por coaches internacionales.
  • Proyectos colaborativos donde el inglés es la lengua de trabajo.
  • Momentos sociales, desde las comidas hasta las veladas nocturnas, donde se fomenta el diálogo natural.

El resultado es una exposición lingüística de más de 200 horas en 15 días, con fluidez real y confianza al hablar.

El inglés deja de ser un objetivo académico y se convierte en una competencia vital.

Actividades que desafían y motivan

A esta edad, la motivación viene del reto y la emoción de lo auténtico.

Un campamento de inglés para adolescentes debe ofrecer experiencias que conecten con sus intereses y les impulsen a superarse.

En the Village, las actividades están pensadas para eso:

  • Deportes de alto nivel, como fútbol con entrenadores UEFA/FIFA, tenis, surf, vela o pádel.
  • Academias creativas donde el inglés se fusiona con talento: Broadway Academy (teatro musical), Media Academy (producción audiovisual) o Cooking Studio.
  • Excursiones y experiencias culturales por Asturias, combinando mar, montaña y convivencia internacional.

Cada experiencia está diseñada para que los jóvenes descubran nuevas habilidades mientras usan el inglés de forma natural, espontánea y divertida.

Convivencia internacional y apertura al mundo

La adolescencia es el momento perfecto para abrir horizontes.

Convivir con jóvenes de otras culturas transforma su forma de ver el mundo y refuerza su autoestima.

De repente, el inglés deja de ser un idioma extranjero y se convierte en la llave para hacer amigos, compartir ideas y sentirse parte de una comunidad global.

En the Village, los adolescentes conviven con jóvenes de más de 12 nacionalidades y 36 provincias españolas, lo que genera un entorno real de comunicación multicultural.

El 80% de los coaches son internacionales, lo que garantiza diversidad de acentos y contextos culturales.

Cada conversación, partido o taller se convierte en una lección de idioma y de vida.

Equilibrio entre libertad y seguridad

Los padres quieren que sus hijos crezcan, pero sin riesgos. Y los adolescentes necesitan independencia, pero dentro de un marco de confianza.

Un buen campamento para esta edad sabe encontrar ese equilibrio.

Debe ofrecer:

  • Supervisión constante con libertad progresiva.
  • Ratios reducidos (1 monitor por cada 5 participantes).
  • Programas adaptados por edades y madurez.
  • Acompañamiento emocional: monitores formados para escuchar y guiar, no solo dirigir.
  • Comunicación fluida con las familias, sin perder la sensación de autonomía para los jóvenes.

En the Village, esta estructura está pensada para que los adolescentes se sientan libres, pero siempre acompañados.

Pueden elegir actividades, liderar grupos o proponer proyectos, sabiendo que hay un equipo profesional y cercano detrás.

Lo que los adolescentes ganan más allá del inglés

Más allá del idioma, lo que un adolescente se lleva de un campamento como the Village es un conjunto de aprendizajes vitales:

  • Confianza para expresarse y tomar decisiones.
  • Autonomía y responsabilidad personal.
  • Habilidades sociales e interculturales.
  • Recuerdos y amistades internacionales que duran años.

Aprender inglés es solo el principio.

La verdadera transformación ocurre cuando descubren que pueden valerse por sí mismos, comunicarse con el mundo y sentirse capaces de todo.

Dos chicos salen del mar con sus tablas de surf al finalizar la actividad en the Village

Cómo comparar opciones y elegir el campamento adecuado según la edad

Elegir el campamento ideal no es cuestión de suerte. Cada programa tiene su propio enfoque, y lo que puede ser perfecto para un niño de 9 años puede resultar aburrido o limitado para uno de 15. Por eso, comparar con criterio es la mejor forma de asegurar una experiencia positiva y un aprendizaje real.

Antes de reservar, dedica unos minutos a revisar estos puntos clave.

Harán toda la diferencia entre un campamento correcto… y un verano inolvidable.

 1. Comprueba que el programa esté adaptado por edades

Parece obvio, pero no siempre se cumple.

Un campamento de inglés debe tener programas diferenciados para cada grupo de edad:

  • Kids (8–12 años) → enfoque lúdico, acompañamiento cercano y aprendizaje a través del juego.
  • Teens (13–17 años) → actividades con reto, autonomía y convivencia internacional.

Si la organización no especifica diferencias claras o mezcla edades muy distintas en las mismas dinámicas, probablemente no esté realmente adaptado.

 2. Revisa el tipo de inmersión en inglés

No todos los campamentos “de inglés” ofrecen una inmersión real.

Haz estas preguntas antes de decidir:

  • ¿El inglés se usa solo en las clases o durante todo el día?
  • ¿Los monitores son nativos o internacionales?
  • ¿Qué porcentaje de tiempo se pasa en inglés real de convivencia?

Un buen campamento debería garantizar al menos 10–15 horas diarias de exposición al idioma, no solo lecciones teóricas. En the Village, por ejemplo, los participantes viven más de 200 horas de inglés en 15 días, en deportes, talleres y vida diaria.

3. Analiza la calidad del equipo humano

El equipo de monitores y coaches es el corazón del campamento.

Asegúrate de que:

  • Estén formados en pedagogía, idiomas o educación infantil/juvenil.
  • Haya coaches internacionales o nativos.
  • Se mantenga un ratio bajo (1 monitor por cada 5–8 niños máximo).
  • Hayan pasado procesos de selección y formación previos.

La confianza no se gana con folletos, sino con personas.

Pide que te expliquen quiénes acompañarán a tu hijo y cómo se organiza el equipo.

4. Evalúa las instalaciones y el entorno

La comodidad y la seguridad son la base del bienestar.

Antes de reservar, comprueba:

  • Dónde dormirán los niños (habitaciones, baños, supervisión).
  • Si hay enfermería 24h y seguros incluidos.
  • Qué tipo de campus o entorno natural ofrece.
  • Cómo se gestiona la alimentación y las alergias.

Un entorno cuidado y bien organizado multiplica la tranquilidad de los padres y mejora la experiencia de los niños.

En the Village, los participantes se alojan en hotel 4★ con baño privado, dentro de un campus deportivo de 52.000 m² con piscinas, canchas, teatro y enfermería permanente.

5. Asegúrate de que haya comunicación fluida con las familias

La tranquilidad de los padres depende tanto de la seguridad como de la comunicación.

Un buen campamento mantiene informadas a las familias en todo momento, con canales claros:

  • Teléfono de emergencia 24h.
  • Contacto directo con coordinación.
  • Actualizaciones periódicas con fotos o informes.

La transparencia genera confianza y demuestra profesionalidad.

6. Fíjate en el equilibrio entre aprendizaje, diversión y descanso

El exceso de clases o actividades sin pausas puede agotar a los niños.

Un programa bien estructurado alterna:

  • Horas de inglés activo.
  • Actividades deportivas o creativas.
  • Momentos de relax y tiempo libre.

Ese equilibrio mantiene la motivación alta y hace que el aprendizaje fluya de forma natural.

7. Pregunta por la procedencia de los participantes

Un campamento internacional o con alumnos de distintas provincias enriquece la experiencia.

La mezcla de acentos, culturas y formas de pensar obliga a comunicarse en inglés y amplía la visión del mundo.

Si todos los niños son del mismo entorno o colegio, el nivel de inmersión real suele bajar.

8. Comprueba la cobertura médica y los seguros

Un detalle que a menudo pasa desapercibido:

todo campamento serio debe incluir seguro médico, de accidentes y de responsabilidad civil.

Además, debe contar con personal sanitario disponible 24h y protocolos claros para la administración de medicación o atención ante emergencias.

 9. Observa cómo se presenta el campamento

La forma en que un campamento comunica dice mucho sobre su calidad.

Los buenos proyectos:

  • Son transparentes (muestran su equipo, fotos reales, acreditaciones).
  • Explican su metodología con detalle.
  • Tienen reseñas y testimonios verificables.
  • Evitan promesas vagas del tipo “inglés todo el día” sin explicarlo.

Cuando una organización cuida los detalles en su presentación, suele cuidar también los de la experiencia.

Checklist rápido para decidir

✅ Programa adaptado por edades

✅ Inmersión real (inglés en todas las actividades)

✅ Monitores cualificados y ratio reducido

✅ Instalaciones seguras y cómodas

✅ Enfermería y seguros incluidos

✅ Comunicación con familias

✅ Actividades variadas y equilibradas

✅ Ambiente multicultural

✅ Transparencia en la información

✅ Ilusión de tu hijo por ir

Jóvenes de excursión a la montaña asturia posan frente a la Basílica de Covadonga

Cómo preparar a tu hijo para aprovechar al máximo el campamento

El éxito de un campamento no empieza cuando el niño llega, sino semanas antes, en casa.

La forma en que se prepara influye directamente en cómo se adapta, cómo disfruta y cuánto aprende.

Los padres juegan un papel decisivo: una preparación emocional sencilla puede convertir la experiencia en algo emocionante, no intimidante.

1. Habla del campamento con ilusión (no con preocupación)

Los niños sienten lo que sus padres transmiten.

Si perciben miedo o dudas, asocian el campamento a inseguridad; si notan entusiasmo, lo viven como una aventura.

Conviene hablar del programa en positivo:

  • “Vas a hacer nuevos amigos”
  • “¡Imagínate hablar inglés con chicos de otros países!”
  • “Te va a encantar la piscina y los talleres creativos”

Evita frases como “si no te gusta, te llamo y vienes a casa”.

Transmiten desconfianza y refuerzan el miedo a separarse.

La clave está en mostrar confianza y expectativa alegre.



2. Involúcrale en la preparación

Hacer juntos la maleta es mucho más que una tarea logística:

es una oportunidad para hablar del viaje, darle autonomía y generar emoción.

Permítele elegir parte de su ropa o un objeto personal que le dé seguridad (un libro, una foto, una pulsera).

En the Village, los niños disponen de habitaciones dobles con espacio para organizar sus cosas, lo que les ayuda a sentirse más cómodos y responsables.

3. Refuerza la autonomía antes de salir

Los días previos al campamento son ideales para practicar pequeñas rutinas:

  • Vestirse y asearse solos.
  • Preparar su mochila o revisar su material.
  • Expresar necesidades (“tengo hambre”, “necesito ayuda”).

Cuanta más seguridad tenga en sus hábitos, más fácil será su adaptación.

El objetivo no es que sepa hacerlo todo, sino que sepa pedir ayuda con confianza.

4. Introduce el inglés en casa de forma natural

Un entorno 100% en inglés puede impresionar al principio.

Para reducir ese impacto, ayuda mucho que el niño se familiarice con el idioma antes de ir:

  • Ver series o películas en versión original.
  • Escuchar canciones y comentarlas.
  • Jugar a adivinar palabras o frases en inglés.
  • Usar pequeñas expresiones cotidianas (“Good morning!”, “Thank you!”).

Esto le dará seguridad cuando llegue y sienta que “ya sabe más de lo que creía”.

5. Explica cómo será la rutina del día

El miedo a lo desconocido es uno de los más comunes en los niños.

Hablar de la rutina —hora de levantarse, comidas, actividades, descanso— les da tranquilidad.

Explícale que:

  • Dormirá en habitación compartida (con su grupo y monitores cerca).
  • Habrá tiempo de juegos, deportes, talleres y descanso.
  • Siempre tendrá a alguien a quien acudir si necesita algo.

En the Village, la estructura diaria combina deporte, actividades creativas, momentos sociales y descanso, siempre con coaches presentes.

6. Despídete con seguridad, no con nostalgia

El momento de la despedida puede ser emocional, pero es importante que el niño sienta confianza, no pena.

Un abrazo firme, una sonrisa y una frase como:

“Vas a vivir una aventura increíble. Estoy orgulloso de ti.”

Esa sensación de orgullo y apoyo será el recuerdo que lleve consigo cuando empiece su primera noche fuera de casa.

7. Confía en el equipo y evita llamadas constantes

La adaptación necesita espacio.

Llamar o escribir cada día puede reforzar la dependencia y dificultar el proceso.

Confía en los monitores: si hay algo importante, te informarán.

Mientras tanto, disfruta de la experiencia como lo hace tu hijo: con tranquilidad.

En the Village, el equipo de atención a familias mantiene comunicación directa y actualizaciones periódicas, pero siempre priorizando el bienestar emocional de los niños.

8. Refuerza la experiencia al volver a casa

Cuando regrese, escúchale, celebra sus logros y evita juzgar lo que no haya salido perfecto.

Pregúntale qué aprendió, a quién conoció, qué le hizo reír.

Ese refuerzo emocional cierra el ciclo del aprendizaje y convierte la experiencia en un recuerdo positivo que querrá repetir.

Qué beneficios aporta un campamento bien elegido: idioma, desarrollo y confianza

Cuando un campamento de inglés está bien diseñado, los resultados van mucho más allá del idioma.

Los niños y adolescentes no solo vuelven con más vocabulario, sino con una forma diferente de relacionarse con el mundo.

Aprenden sin darse cuenta, crecen sin esfuerzo y regresan a casa más seguros, abiertos y felices.

1. Aprendizaje del inglés de forma natural y duradera

En un entorno de inmersión real, el inglés deja de ser un tema escolar para convertirse en una herramienta viva.

Los niños no memorizan reglas: piensan y se comunican en inglés para jugar, colaborar, pedir, contar o compartir.

  • Mejoran la comprensión auditiva gracias al contacto continuo con acentos reales.
  • Desarrollan fluidez oral al usar el idioma sin miedo.
  • Amplían su vocabulario funcional, el que se usa en la vida cotidiana.
  • Refuerzan su motivación interna: descubren que el inglés sirve para conectar con el mundo.

Lo más importante: este tipo de aprendizaje no se olvida, porque está asociado a emociones positivas y experiencias reales.

2. Desarrollo personal y emocional

Un buen campamento enseña tanto fuera del aula como dentro.

Durante unos días, los niños aprenden a valerse por sí mismos, a confiar en su capacidad y a convivir con otros.

Aprenden a:

  • Organizar su tiempo y sus cosas.
  • Pedir ayuda cuando la necesitan.
  • Resolver pequeños conflictos con empatía.
  • Celebrar sus logros y los de los demás.

Son habilidades que no se enseñan en los libros, pero que construyen carácter, responsabilidad y resiliencia.

3. Confianza y autoestima a través del éxito cotidiano

Cada pequeña victoria —atreverse a hablar en inglés, participar en una obra, marcar un gol, hacer un nuevo amigo— refuerza su autoconfianza.

Esa sensación de “puedo hacerlo” es uno de los mayores regalos del campamento.

Al volver a casa, los padres notan el cambio:

los niños se expresan con más soltura, asumen tareas con iniciativa y miran el inglés con otra actitud.

El idioma deja de ser un obstáculo y se convierte en un medio para mostrar lo que son capaces de hacer.

4. Amistades internacionales y apertura cultural

Convivir con jóvenes de distintas procedencias es una de las experiencias más enriquecedoras que puede tener un niño o adolescente.

No solo mejora su inglés: amplía su visión del mundo, refuerza su empatía y les enseña a comunicarse más allá de las palabras.

Descubren que la diversidad no separa, une.

Y aprenden que hablar inglés no es un fin, sino un puente para conocer nuevas personas y culturas.

En the Village, cada verano conviven jóvenes de más de 12 nacionalidades y 36 provincias españolas, compartiendo risas, deportes y proyectos en un entorno verdaderamente global.

5. Recuerdos que se transforman en aprendizaje

Los recuerdos del campamento se convierten en hitos emocionales.

Cada excursión, cada canción, cada conversación nocturna deja huella.

Y esas emociones actúan como “anclas” para el aprendizaje: cada palabra aprendida está asociada a una vivencia feliz, lo que multiplica la retención y el deseo de seguir aprendiendo.

El inglés ya no se estudia: se recuerda con una sonrisa.

6. Tranquilidad y satisfacción para las familias

Cuando los padres eligen bien, también ellos ganan.

Pueden disfrutar de la tranquilidad de saber que sus hijos están seguros, acompañados y aprendiendo de verdad.

Esa confianza mutua —entre familias, monitores y organización— convierte la experiencia en algo redondo: aprendizaje para los niños, serenidad para los padres.

En the Village, la comunicación constante y la atención personalizada hacen que los padres sientan que forman parte de la experiencia, incluso a distancia.

Tres chicas en el hotel Balagares, sede del Campamento the Village

Cómo saber si un campamento de inglés es de calidad

En internet, todos los campamentos parecen prometer lo mismo: “inglés todo el día”, “metodología innovadora”, “equipo internacional”.

Pero detrás de las palabras bonitas, no siempre hay garantías reales.

Por eso, antes de confiar en una marca, conviene saber qué señales demuestran que un campamento es realmente de calidad.

No se trata solo de la estética del folleto o las fotos de Instagram, sino de hechos verificables: acreditaciones, equipo humano, seguridad y metodología educativa.

1. Busca acreditaciones y supervisión educativa reconocida

Las certificaciones externas son el primer indicador de seriedad.

Un campamento que cuenta con la supervisión de instituciones reconocidas demuestra que su programa ha sido evaluado por expertos.

Por ejemplo:

  • Cambridge University Press & Assessment avala la metodología de the Village, asegurando que el aprendizaje del inglés se basa en principios pedagógicos contrastados.
  • Otras entidades, como Trinity College London o British Council, también pueden certificar programas de inmersión de calidad.

Si el campamento no menciona ninguna referencia educativa o certificación lingüística, pide pruebas antes de reservar.

2. Verifica la formación y procedencia del equipo

El equipo de monitores y coaches marca la diferencia entre una experiencia improvisada y una realmente educativa.

Un campamento de calidad:

  • Cuenta con profesores, educadores o monitores formados en enseñanza o pedagogía.
  • Incluye nativos o internacionales, para garantizar acentos reales y exposición lingüística diversa.
  • Tiene ratios bajos (idealmente 1 monitor por cada 5–7 niños).
  • Supervisa todo el proceso con un coordinador académico o pedagógico.

Preguntar quiénes acompañarán a tu hijo es una de las mejores maneras de saber si el campamento prioriza el aprendizaje o solo el ocio.

3. Comprueba la transparencia en la información

Un campamento serio comunica con claridad:

  • Número de horas diarias de inglés.
  • Origen y formación del equipo.
  • Tipo de alojamiento y régimen alimenticio.
  • Protocolos de seguridad y atención médica.
  • Fechas, seguros y condiciones de cancelación.

Desconfía de las páginas que se limitan a frases genéricas o evitan detallar el programa.

La claridad es siempre una señal de confianza.

4. Evalúa las instalaciones y el entorno

Un entorno seguro, limpio y bien mantenido no solo da tranquilidad a los padres, sino que mejora la experiencia de los niños.

Pide ver imágenes reales del campus, habitaciones, comedores y zonas de actividad.

Los mejores campamentos cuentan con:

  • Alojamientos confortables (habitaciones amplias, baño privado o compartido con supervisión).
  • Campus cerrados y vigilados.
  • Espacios deportivos y zonas naturales seguras.
  • Accesibilidad médica inmediata.

En the Village, los participantes se alojan en un hotel 4★ con baño privado, disfrutan de un campus deportivo de 52.000 m² y cuentan con enfermería 24h y seguros completos, una garantía de confort y seguridad difícil de igualar.

5. Confirma la cobertura médica y los seguros

Todo campamento de calidad debe incluir:

  • Seguro de accidentes y responsabilidad civil.
  • Enfermería operativa 24h.
  • Protocolos médicos claros.
  • Comunicación inmediata con las familias ante cualquier incidencia.

Si un programa no puede facilitarte esta información por escrito, es mejor buscar otra opción.

La seguridad no es negociable.

6. Observa la organización y la comunicación con las familias

Una buena experiencia no termina al dejar a tu hijo en el autobús.

Los mejores campamentos mantienen una comunicación fluida con las familias:

  • Informes o actualizaciones periódicas.
  • Canales de contacto directo (coordinación, emergencias, dirección).
  • Transparencia en los protocolos de llegada y salida.

Esa comunicación demuestra profesionalidad y genera confianza desde el primer día.

7. Valora la estabilidad y reputación de la organización

Las trayectorias largas, las reseñas verificadas y los testimonios de antiguos participantes son señales de que un campamento cumple lo que promete.

Busca opiniones reales, no solo las que aparecen en su web.

Las redes sociales y Google Reviews ofrecen una visión honesta del nivel de satisfacción de las familias.

En the Village, cientos de familias repiten año tras año, lo que refleja la calidad constante del programa y la confianza generada a lo largo del tiempo.



8. Compara promesas con datos concretos

La mejor manera de detectar calidad es confrontar la publicidad con cifras reales:

  • “Inglés todo el día” → ¿cuántas horas reales de exposición?
  • “Monitores nativos” → ¿qué porcentaje exacto?
  • “Ambiente internacional” → ¿de cuántas nacionalidades?

En the Village, esas cifras son claras: más de 200 horas de inglés en 15 días, 80% de coaches internacionales y convivencia con jóvenes de 12 nacionalidades.

Datos objetivos que confirman una inmersión real.

Cómo aprovechar la experiencia después del campamento

Cuando el campamento termina y los niños vuelven a casa llenos de anécdotas, risas y nuevas palabras, llega el momento de mantener vivo ese impulso.

La inmersión de dos o tres semanas puede ser el punto de partida para un cambio duradero en su relación con el inglés, si los padres saben cómo acompañarlo.

1. Refuerza lo vivido con conversación y curiosidad

La mejor forma de mantener el inglés activo no es continuar con ejercicios, sino seguir hablando de la experiencia.

Pregúntale a tu hijo:

  • Qué palabras nuevas aprendió.
  • Cómo se comunicaba con sus amigos internacionales.
  • Qué actividades disfrutó más en inglés.

Cuando revive recuerdos en ese idioma, el aprendizaje se consolida emocionalmente.

Puedes incluso usar pequeñas frases en inglés en casa, retomando expresiones que usaba en el campamento.

Ejemplo: si decía “Let’s go!” antes de una actividad, mantened ese gesto como código familiar.

 2. Conecta el inglés con sus intereses reales

Si el inglés se asocia solo al colegio, volverá a parecer una obligación.

En cambio, si se vincula con lo que le apasiona —música, videojuegos, deporte, cine, moda— se mantiene vivo de forma natural.

Algunas ideas:

  • Ver sus series favoritas en versión original con subtítulos.
  • Escuchar podcasts o canciones y comentar la letra.
  • Buscar canales de YouTube o TikTok educativos en inglés.
  • Hacer recetas o manualidades siguiendo instrucciones en inglés.

El objetivo es que el inglés siga siendo una herramienta para disfrutar, no solo una materia.

3. Mantén contacto con los amigos del campamento

Las amistades internacionales o de otras provincias son un tesoro para mantener la práctica real.

Anímales a comunicarse por mensaje, videollamada o redes, siempre en inglés.

Ese vínculo social refuerza la motivación más que cualquier clase formal: el deseo de seguir conectando con sus amigos.

En the Village, muchos participantes siguen en contacto meses después, compartiendo proyectos o recuerdos en inglés, lo que multiplica la permanencia del aprendizaje.

4. Integra pequeñas rutinas de inglés en casa

No hace falta convertir la casa en una academia.

Pequeños gestos diarios mantienen el idioma vivo:

  • Tener un “English Day” a la semana.
  • Usar comandos sencillos en inglés (“Pass me the salt”, “It’s dinner time!”).
  • Jugar a juegos de mesa o cartas en inglés.
  • Poner etiquetas en inglés a objetos cotidianos (door, fridge, window…).

Estas microexposiciones refuerzan el oído y normalizan el uso del idioma.

5. Refuerza la confianza, no la corrección

Cuando el niño se equivoca al hablar, evita interrumpirle o corregir cada frase.

Lo importante no es la perfección gramatical, sino mantener la fluidez y la seguridad.

Celebra el hecho de que se atreva a hablar inglés fuera del aula.

El miedo al error es el mayor enemigo de la continuidad.

6. Busca continuidad en programas o experiencias futuras

Los campamentos son una chispa inicial, pero el aprendizaje se consolida con repetición anual o continuidad.

Valora opciones como:

  • Volver al mismo campamento el verano siguiente.
  • Participar en intercambios escolares o viajes lingüísticos.
  • Unirse a academias o clubes de conversación.

Los niños que repiten experiencias de inmersión suelen duplicar su fluidez y confianza entre el primer y el segundo año.

Grupo de chicos en la actividad de Basketball del campamento en inglés the Village

Campamentos en España vs. en el extranjero: ventajas e inconvenientes

Cada verano, muchas familias se preguntan si para que sus hijos aprendan inglés “de verdad” deben enviarlos fuera de España.

Ir a Irlanda o Inglaterra puede parecer la opción más efectiva, pero la realidad es más matizada: la inmersión real depende más del entorno y del programa que del país en sí.

Un campamento en España bien diseñado puede ofrecer la misma experiencia internacional, con la ventaja añadida de la seguridad y cercanía.

Veamos las diferencias clave.

Campamentos en el extranjero: la opción tradicional

Durante años, enviar a los niños al extranjero fue sinónimo de “aprendizaje intensivo”.

Sin embargo, esa experiencia depende en gran medida del programa, el grupo y la edad del participante.

Ventajas:

  • Contacto directo con un país de habla inglesa.
  • Exposición a nuevas culturas y acentos.
  • Sensación de independencia y aventura.

Inconvenientes:

  • Coste elevado (vuelo, seguros, tasas, cambio de moneda).
  • Distancia ante cualquier emergencia.
  • Mayor dificultad para los más pequeños en su primera experiencia fuera de casa.
  • Riesgo de convivir con muchos españoles, reduciendo la inmersión real.

En resumen, no todo programa fuera de España garantiza inmersión real, sobre todo si el grupo viaja con compañeros hispanohablantes.

Campamentos internacionales en España: la alternativa inteligente

Hoy existen programas diseñados para replicar la experiencia internacional sin necesidad de viajar fuera del país.

La clave está en reunir participantes de distintas nacionalidades, monitores internacionales y un programa 100% en inglés.

Ventajas:

  • Mismo nivel de exposición lingüística (más de 200 h en inglés en 15 días).
  • 80% de coaches internacionales y convivencia con jóvenes de 12 nacionalidades.
  • Entorno seguro y accesible para las familias.
  • Coste más asequible y logística más sencilla.
  • Supervisión médica 24h y comunicación directa con padres.

El resultado es una inmersión auténtica, con la tranquilidad de saber que tus hijos están a pocas horas de casa.

La experiencia internacional sin salir de España

En the Village, cada verano conviven niños y adolescentes de más de 12 nacionalidades junto a un 80% de coaches internacionales.

Todo el programa —deportes, academias creativas, excursiones y vida diaria— se desarrolla íntegramente en inglés.

El resultado es el mismo nivel de inmersión que un programa en el extranjero, con la tranquilidad de un entorno seguro, sanitario y culturalmente familiar.

Es la combinación perfecta entre lo mejor de dos mundos:

la inmersión lingüística de un destino internacional, con la seguridad y accesibilidad de estar en casa.

Preguntas frecuentes de los padres antes del primer campamento

Enviar a tu hijo a un campamento de inglés por primera vez puede generar tantas dudas como ilusión.

Estas son las preguntas más comunes que las familias nos plantean antes de decidir, junto con las respuestas que ayudan a comprender cómo funciona una experiencia de inmersión real.

¿Cuál es la edad mínima para participar?

Depende del programa, pero los campamentos de inmersión suelen comenzar a partir de los 8 años.

A esta edad, los niños ya tienen autonomía básica y suficiente capacidad de adaptación para disfrutar de la experiencia.

En the Village, el programa Kids (8–12 años) está especialmente diseñado para los más pequeños: grupos reducidos, acompañamiento constante y actividades guiadas en inglés.

 ¿Y si mi hijo no sabe casi nada de inglés?

No es un problema.

Un campamento de inmersión no requiere nivel previo, porque el aprendizaje surge de la convivencia.

El objetivo no es memorizar, sino usar el idioma de forma natural.

Además, los coaches adaptan las actividades al nivel de cada grupo para que todos se sientan cómodos y participen desde el primer día.

¿Cómo se asegura la seguridad y el bienestar de los niños?

La seguridad es prioritaria.

Un campamento de calidad debe contar con:

  • Enfermería 24 horas.
  • Seguros de accidentes, asistencia y responsabilidad civil.
  • Supervisión constante de monitores (ratio máximo 1:5).
  • Campus cerrado y controlado.

En the Village, cada grupo cuenta con su propio coach responsable, además de equipo médico y coordinadores presentes en todo momento.

¿Puedo contactar con mi hijo durante el campamento?

Sí, pero siempre respetando los momentos de convivencia.

Los programas de inmersión suelen establecer horarios o canales específicos para llamadas o mensajes, para no romper el ritmo del grupo.

Las familias reciben actualizaciones periódicas, fotos y comunicación directa con coordinación ante cualquier necesidad.

Así, los niños viven su experiencia con independencia, pero los padres mantienen la tranquilidad.




¿Qué debe llevar mi hijo al campamento?

Cada campamento facilita una lista detallada antes de la salida, pero por lo general se recomienda:

  • Ropa cómoda y deportiva.
  • Calzado adecuado para actividades.
  • Bañador, toalla y chanclas.
  • Artículos de aseo personal.
  • Sombrero o gorra, protector solar y cantimplora.
  • Un pequeño diccionario o libreta.

En the Village, enviamos un kit de bienvenida con la lista completa, consejos y etiquetas personalizadas para marcar la ropa.

¿Cómo se organizan las comidas y alergias?

Un buen campamento debe ofrecer menús equilibrados y supervisados por nutricionistas, adaptando la alimentación a cada necesidad (alergias, intolerancias o dietas especiales).

En the Village, los menús se preparan en el propio hotel 4★, y el equipo médico y de cocina revisa todas las fichas alimentarias antes del inicio del programa.



¿Qué ocurre si mi hijo se pone enfermo o necesita medicación?

En los campamentos serios existe siempre atención médica 24 horas y protocolos específicos de medicación.

Los padres informan previamente de cualquier tratamiento, y el personal sanitario lo administra según las indicaciones.

Si ocurre algo fuera de lo previsto, la familia es informada inmediatamente.

¿Pueden los niños repetir el campamento cada año?

Sí, y de hecho muchos lo hacen.

Repetir la experiencia potencia el aprendizaje: los niños regresan con más confianza, más nivel de inglés y una red de amigos internacionales que se consolida con los años.

En the Village, más del 40% de los participantes repite, lo que demuestra la satisfacción de las familias y la evolución de los niños.

¿Qué diferencia hay entre un campamento “bilingüe” y uno de inmersión?

Un campamento bilingüe combina español e inglés, con parte del día en cada idioma.

Un campamento de inmersión total, en cambio, mantiene el inglés como lengua común de todas las actividades, desde el desayuno hasta las veladas.

La diferencia es clara: en el primero se estudia inglés, en el segundo se vive en inglés.

¿Puedo visitar el campamento antes de inscribirme?

Algunos centros ofrecen jornadas de puertas abiertas o vídeos 360º de las instalaciones.

En the Village, realizamos sesiones informativas en línea y visitas presenciales concertadas para que las familias conozcan el entorno, al equipo y la metodología antes de decidir.

¿Qué nivel de inglés alcanzará mi hijo al finalizar?

Depende del punto de partida, pero la mejora más evidente no es gramatical, sino emocional:

habla con más soltura, entiende mejor y pierde el miedo a comunicarse en inglés.

Los resultados académicos llegan después, impulsados por esa nueva confianza.

Elegir bien es regalar una experiencia que deja huella

Elegir un campamento de inglés no es simplemente planificar unas vacaciones:

es apostar por una experiencia que impulsa el crecimiento, la independencia y la confianza de los niños.

Cuando el entorno, el equipo y la metodología están bien pensados, el aprendizaje trasciende el idioma y se convierte en una lección de vida.

Un buen campamento no se mide por sus aulas, sino por las sonrisas, los amigos internacionales y la seguridad con la que los niños vuelven a casa.

Por eso, el mejor criterio no es “dónde estudiar inglés”, sino dónde vivirlo de verdad.

the Village: donde el inglés se vive, no se estudia

En the Village, cada detalle está diseñado para ofrecer esa experiencia completa:

  • Más de 200 horas de inglés real en 15 días.
  • 80% de coaches internacionales de 12 nacionalidades.
  • Ratio 1:5 para una atención cercana y personalizada.
  • Hotel 4★ y campus deportivo de 52.000 m² en plena naturaleza asturiana.
  • Programas adaptados por edad: Kids (8–12) y Teens (13–17).
  • Enfermería 24h, seguros completos y acompañamiento continuo.

Todo en un entorno seguro, multicultural y lleno de energía positiva, donde los niños no solo mejoran su inglés: descubren una nueva forma de relacionarse con el mundo.

Un verano para recordar, un aprendizaje que perdura

Los padres buscan tranquilidad.

Los niños, aventura.

En the Village, ambos encuentran lo que necesitan: una experiencia internacional sin salir de España, con la calidad, seguridad y emoción que hacen que cada verano se recuerde durante años.

Porque lo que transforma no son las clases, sino las experiencias que se viven en inglés.

Y cada niño merece vivir la suya.

Vive el inglés, la naturaleza y la convivencia internacional en un entorno seguro y estimulante.

Plazas limitadas — programas Kids y Teens disponibles para verano 2026.

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